Se refiere a un proceso de desintoxicación, limpieza o purificación de toxinas acumuladas por el cuerpo. Las toxinas pueden surgir debido a excesos en nuestra alimentación, por el estilo de vida, estrés, falta de ejercicio, enfermedades, toma de muchos medicamentos, entre otros.
Existen varios programas de desintoxicación que pueden incluir elementos como por ejemplo: hacer una dieta estricta, ayunar, consumir únicamente jugos de frutas y verduras, evitar carbohidratos o alguna combinación y/o modificación.
Es importante mencionar que no está científicamente comprobado que realizar un programa de purificación reduzca el nivel de toxinas en el cuerpo de manera más eficiente que el mismo mecanismo natural del organismo. El cuerpo remueve las toxinas por sí mismo. Sin embargo, hay algunos beneficios posibles si llevas a cabo un plan de limpieza de pocos días de vez en cuando (una vez al año). Siempre y cuando no sea un detox absurdo como “solo bebe agua de limón”. Algunos beneficios pueden llegar a ser:
- Aumentar tu energía.
- Hacer conciencia de lo que comes a diario.
- Comenzar un plan de perdida de peso.
- Menos inflamación abdominal.
Hay que tener cuidado porque llevar a cabo un detox puede ser muy restrictivo y peligroso para algunas personas. Algunas consideraciones negativas pueden ser:
- Tener deficiencias nutricionales: no se recomienda para embarazadas, niños y adolecentes o personas con alguna enfermedad crónica y/o degenerativa.
- Un aumento rápido de frutas y verduras con mucha fibra puede ocasionar diarrea.
- No debe ser utilizado como un plan de pérdida de peso.
Lo ideal es que lleves a cabo una dieta balanceada. Come frutas y verduras, granos integrales y enteros, proteínas de calidad. Bebe al menos dos litros de agua al día. Haz ejercicio. Reduce el consumo de alcohol, cafeína y alimentos de origen animal; elimina el cigarro, el azúcar refinada y las grasas saturadas. Recuerda siempre consultar con un especialista antes de comenzar un detox.
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