Las camas solares utilizan lámparas que generan radiación ultravioleta (UV) y que dañan la piel. Los rayos UV producen enrojecimiento, quemaduras, cáncer de piel, envejecimiento prematuro, dañan el tejido elástico de la piel, entre otros.
Al exponerte en las camas solares recibes con mayor intensidad rayos UV, pues los rayos caen directamente en tu piel y estas inmóvil. Algunos efectos adversos son:
- Aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel
- Envejecimiento prematuro
- Daña la textura y el color de tu piel
- Debilita el sistema inmunológico
- Daña tus ojos
- Puede causar reacciones alérgicas
Debes recordar que los efectos de esta radiación son acumulativos, progresivos e irreversibles. El uso de las camas solares aumenta tu probabilidad de desarrollar cáncer de piel por 75 por ciento, especialmente si tienes menos de 35 años de edad.
No debes utilizar las camas solares, especialmente, si cuentas con alguna de las siguientes características:
- piel muy clara
- se queman con facilidad
- muchos lunares
- historial familiar y/o personal de cáncer de piel
- aquellos que toman medicina fotosensibilizante
- daño solar extenso
- menores de edad
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